Esta página presenta el término ''agricultura de conservación'', una práctica agrícola sostenible que busca optimizar el rendimiento de los cultivos mientras preserva los recursos naturales.
La agricultura de conservación tiene el propósito de restaurar suelos degradados y conservarlos a la vez que se desarrollan procesos productivos de alimentos. Esta práctica debería ser la base fundamental de cualquier programa de mitigación y adaptación al cambio climático en el desarrollo rural; los suelos agrícolas restaurados llegarían a ser grandes sumideros de carbono y por otra parte el mejoramiento de muchas propiedades físicas, químicas y biológicas le confieren a la agricultura mayor capacidad de adaptación al cambio climático (ASA, 2019).
La agricultura de conservación es capaz de acelerar los procesos de restauración de suelos:
- Incrementando la materia orgánica y la fertilidad de los suelos.
- Mejorando la eficiencia de los fertilizantes ya sean de origen orgánico o inorgánico.
- Mejorando la estructura del suelo y la porosidad del suelo, reduciendo la erosión, facilitando la circulación del agua y el aire; y el desarrollo radicular de los cultivos.
- Reduciendo la evaporación del agua en la superficie del suelo y la escorrentía superficial; a la vez que incrementa la infiltración profunda del agua, la retención de humedad en la zona radicular de los cultivos y la transpiración productiva. • Protegiendo e incrementando la biodiversidad a través de toda la cadena trófica.
Principios de la agricultura de conservación[1][edit | edit source]
Existen tres principios en los que se basa la agricultura de conservación:
- Asegurar la cobertura permanente sobre el suelo.
- Rotación de cultivos y la diversificación.
- La siembra con mínimo disturbio mecánico del suelo.
Cobertura permanente del suelo[edit | edit source]
Lo principal con la agricultura de conservación es que el productor tiene que producir biomasa para cobertura en la época de primera, postrera y en verano, esto va a permitir incrementar los contenidos de materia orgánica y por ende los indicadores de la evaluación de suelos.
Rotación de cultivos[edit | edit source]
La rotación de cultivos bajo un sistema planificado consiste en alternar, en la misma época durante años consecutivos, diferentes cultivos en una secuencia planificada con el propósito de restaurar el suelo.
Algunas ventajas de realizar la rotación de cultivos son:
- Alterna diferentes sistemas radiculares proporciona un laboreo biológico del suelo a diferentes profundidades mejorando la porosidad, aeración e infiltración del agua.
- Mejora la formación de agregados, disminuye la erosión del suelo y perdidas de nutrientes por lixiviación. • Mejora la fertilidad del suelo a través de la fijación de Nitrógeno por el uso de leguminosas en el sistema.
- Rompe los ciclos de plagas y enfermedades en los cultivos.
Labranza mínima[edit | edit source]
Implica la siembra de cultivos bajo la mínima perturbación del suelo, utilizando el espeque para siembra directa de granos básicos, arados solo realizando el surco de siembra y azadones para revivir camellones en el caso de hortalizas.
La mínima labranza presenta las siguientes ventajas:
- Evita la destrucción de la estructura del suelo, también evita la formación de costra superficial que afecta la germinación de semillas y la infiltración del agua. • Incrementa la biodiversidad en el suelo que influyen en la formación de agregados.
- Promueve la incorporación biológica de rastrojos.
Referencias bibliográficas[edit | edit source]
- ↑ Agua y Suelo para la Agricultura (ASA). Instructivo 2: Evaluación de suelos. https://asa.crs.org/recursos/evaluacion-visual-de-suelos-instructivo-2/.
