La succión del agua es un concepto clave en la retención de agua en el suelo y está relacionada con términos como capacidad de retención de agua y puntos de marchitez. La capacidad de succión puede variar según la textura del suelo. Suelos más arenosos, con partículas más grandes, generalmente tienen una capacidad de succión más baja en comparación con suelos arcillosos con partículas más finas.

La succión del agua en el suelo se refiere a la capacidad del suelo para retener el agua en sus poros debido a fuerzas capilares. Las fuerzas capilares son fuerzas de atracción que actúan entre las moléculas de agua y las partículas del suelo, como las partículas de arcilla y limo.

Cuando hay agua en el suelo, las partículas del suelo tienden a atraer el agua hacia sí mismas. Esta atracción es más pronunciada en suelos con partículas más finas, como la arcilla. La succión del agua en el suelo ocurre cuando el agua es absorbida por los poros del suelo y se mantiene en su lugar debido a estas fuerzas capilares.

Este proceso es fundamental para las plantas, ya que les permite acceder al agua presente en el suelo. Sin embargo, la succión del agua también puede influir en la disponibilidad de agua para las plantas, ya que, una vez que las fuerzas capilares no pueden retener más agua, el exceso se drena por gravedad y las plantas pueden experimentar períodos de sequía del suelo. Comprender la succión del agua en el suelo es crucial en la gestión del riego y la agricultura, ya que afecta directamente la disponibilidad de agua para las plantas.

Movimientos del agua en el suelo.

El agua del suelo está sometida a dos tipos de fuerzas que tienen una acción opuesta; las fuerzas de succión que retienen el agua en los poros y la fuerza de gravedad que desplaza el agua a capas más profundas del suelo.

Según la FAO (2005),[1] la cantidad de humedad del suelo que permanece disponible un cierto tiempo para las plantas depende de la textura y la porosidad del mismo, su volumen anterior de humedad, el volumen perdido por evaporación directa, la evapotranspiración y el drenaje profundo. El riego, que puede emplearse por succión, es necesario cuando dos tercios del agua disponible (entre la capacidad de campo y el punto permanente de marchitez) han sido agotados. Si no existe la posibilidad de riego es necesario manejar el suelo para desarrollar y retener la máxima cantidad de poros de varios tamaños posibles. Esto ampliará la capacidad de retención de agua y permitirá que las plantas resistan durante más tiempo a los períodos de sequía.

Referencias[edit | edit source]

  1. FAO. Optimización de la humedad del suelo para la producción vegetal - El significado de la porosidad del suelo. Roma: 2005. https://www.fao.org/3/y4690s/y4690s00.htm#Contents

Bibliografía[edit | edit source]

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Authors Paola Moreno
License CC-BY-SA-4.0
Language English (en)
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Created December 21, 2023 by Paola Moreno
Last modified August 26, 2024 by Felipe Schenone
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