Ojiya-chijimi y Echigojofu son dos clasificaciones del textil de cáñamo ligero Echigo chijimi, que se produce desde hace más de 1200 años. Estas técnicas de fabricación de tejidos con ramio son típicas de la región de Uonuma, prefectura de Niigata, Japón.
Estos tejidos se describen también en el Hokuetsu seppu.
La abundante nieve de esta región impide que se practique la agricultura durante largos períodos del año. La producción del tejido de ramio le ha siempre brindado un ingreso de vital importancia a las familias agricultoras. Por otro lado, los nevados inviernos le proporcionan a la gente el nivel perfecto de humedad para trabajar las delicadas fibras de ramio, las cuales se rompen fácilmente en ambientes secos. Durante estos meses, las mujeres tejen el crepe. En la nieve, se hila y se tuerce el hilo, se tejen telas. Además, se lavan los tejidos en aguas de nieve y se los blanquea en los campos de nieve.
La producción de este tejido requiere entre 30 y 70 procesos manuales que tardan unos cinco meses. El hilo se hila a mano y se teje en un telar de pedales llamado izari-bata. Los dibujos del kasuri se atan a mano y, para terminar el tejido, se lo lava en agua caliente, se lo masajea con los pies y finalmente se lo extiende en campos nevados, donde se deja durante 20 días para que el sol lo ablande.
Estas minuciosas técnicas tradicionales estaban al borde de la extinción a mediados del siglo XX; pero se las designó Bienes Culturales Intangibles de Japón en 1955, y en 2009 se las agregó a la lista de la Unesco. Alrededor de 70 personas han completado un curso de capacitación a cargo de la Asociación para la Conservación de Técnicas Ojiya-chijimi-fu y Echigo-Jofu. En la actualidad, estos estudiantes producen alrededor de 40 tan (el tan es una pieza de tela de la longitud del kimono) de este tejido cada año.
